Como duele darse cuenta de que nada es para siempre, que todo tiene un final. Que no podes confiar en nada, ni en nadie. Que a nadie le importa lo que sentis o lo que sos. Que a las verdaderas amistades las cuento con los dedos de una mano, y me sobran. Pero bueno, bienvenidos a la realidad, bienvenidos a la vida.
Gracias a:
sábado, 13 de noviembre de 2010
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